El obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, monseñor José María Rossi, negó que esté dispuesto a hacer lo imposible para defender al cura Justo José Ilarraz, en respuesta a lo que había asegurado el ex seminarista de Monteros Carlos Alfredo Bazán en declaraciones a un medio periodístico digital. “El (por Rossi) lo va a defender cuando tenga a declarar ante la Justicia”, arriesgó.
Califican de contundentes los testimonios contra Ilarraz
Ilarraz, como se sabe, enfrenta un juicio oral y público en Entre Ríos, acusado por corrupción de menores cuando estuvo a cargo en el Seminario Mayor de Paraná, entre 1984 y 1992.
“No es verdad lo que dice éste ex seminarista, que desde hace años viene ventilando algunas calumnias o difamaciones sin tener fundamentos. Voy a aportar todo lo que sea de interés para la Justicia y en el afán de que se llegue a la verdad”, apuntó Rossi en declaraciones a LA GACETA. “No me corresponde presuponer la inocencia o culpabilidad del sacerdote. Eso lo tiene que disponer, insisto, la Justicia. Estoy atento al desarrollo del juicio y con la expectativa de que se va a llegar a una conclusión clara. Y bueno, habrá que atenerse a lo que el tribunal decida”, sostuvo.
El arzobispado de Paraná pidió perdón por los abusos
Ilarraz, luego del escándalo que se desató en Entre Ríos, se desempeñó en parroquias del Obispado de Concepción, entre ellas, la de Nuestra Señora del Rosario de Monteros. Es una de las razones por las cuales Rossi fue citado a declarar en el juicio que se desarrolla en Paraná. El prelado aseguró que su declaración será por escrito. “Voy a responder toda la requisitoria que se me haga, pero por escrito. Es lo que me permite la Justicia”, sostuvo.
El proceso oral
El cura Ilarraz, acusado de “abuso y corrupción agravada” contra siete menores entre 1984 y 1992, se enfrentó ayer y por primera vez al tribunal. Junto con otros cinco curas, citados como testigos, reconstruyeron los años en que se cometieron esos delitos, informaron fuentes judiciales. Entre los que declararon estuvo Leandro Bonin, el cura que inspiró al resto a denunciar a Illarraz, y Diego Rausch.
Además de ser cura, Rausch es hermano de uno de los menores abusados. Sin embargo en la instrucción del juicio su testimonio “no fue revelador, sino que sólo se ciñó a decir que no desconocía los hechos que ahora se investigan”, detallaron las fuentes. “Rausch sólo sumó que había realizado varios viajes por Argentina y Europa cuyos costos pagó Ilarraz”, señalaron, mientras que para los abogados querellantes el testimonio “es la mejor defensa” para el cura.
Bonin, quien terminó de declarar cerca del mediodía ante el jurado, dijo a la salida del tribunal que “ya hizo su aporte a la causa”, consignó la agencia Télam.